Quería saber lo que se sentía. Un alumno de la universidad más vieja de América, San Marcos, decidió experimentar lo que significaba ser un alumno de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), o sea, quería saber qué se sentía estudiar con calefacción y comer a sus horas, pero supo que eso le iba a costar caro.
Por ello, no tuvo otra que vender un riñón para tener el suficiente dinero. Sin embargo, debido a su licenciosa vida universitaria tenía casi todos los órganos destrozados y su riñón le alcanzó para tal fin, pero solo por una semana.
“Fue interesante. Me alcanzaba para el almuerzo luego de estudiar. Incluso una vez tomé un taxi, tomé café de una extraña máquina tragamonedas, además vi a un animal extraño por el pasto. Era como nuestro Perrovaca, pero con cuernos”, dijo el alumno cuando regresó a la San Marcos a dar una conferencia sobre lo vivido en lo que para ellos es la ‘tierra de los elfos’.
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“También había salones con calefacción y eso que no estaban quemando una llanta adentro, como a veces suele pasar en la San Marcos. Pero lo mejor fue encontrar todos los días a un profesor en el aula, eso sí que me pareció muy europeo”, dijo el alumno mientras afirmaba que estaba pensando en vender el otro riñón para vivir aunque sea por un día más esa experiencia.
En declaraciones para Última Noticia, un alumno de la Federico Villarreal dijo que también vendería un riñón “pero para chupar por un mes seguido en el jirón Quilca csm, qué chucha me importa la PCUP si además yo no deposito nunca en ese banco”. Seguiremos muriendo.
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