Maldito neoliberalismo. Un toribianito, cansado de las torturas cometidas dentro de su organización de villancicos navideños, denunció en todos los medios de comunicación (menos en Manifiesto, Político.pe y El Montonero, porque no son medios) los diferentes abusos a los que es sometido desde hace más de 40 años.
Según el toribianito frustrado, Aquiles Canto Parejo, desde que cumplió 12 años le han obligado a tomar hormonas contra el crecimiento, con el fin de que no entre a la adolescencia, no le cambie la voz y así pueda seguir en el coro que cada Navidad hace más ruido que taladro del vecino a las 3 de la madrugada.
“Yo era la voz principal, a todos les gustaba mi voz y por eso el director del coro decidió que yo no debía crecer. Por ello me hicieron tomar hormonas. Al principio las tomaba voluntariamente porque deseaba que me quisieran por mi canto, luego quise crecer porque todos tenían enamorada menos yo, pero no me dejaron. Terminaron dándome hormonas a la fuerza, con embudo, pero ya me harté”, dijo el toribianito mientras cantaba el “Burrito sabanero” y se peinaba entre cortina y cortina.
Quisimos conversar con el director del coro, pero nos dijo que si nos veía nos mandaría a Los Toribianitos a las 3 de la mañana a cantar frente a nuestras ventanas. Por eso ya no preguntamos nada. Seguiremos bebiendo en el río.
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