Becerril, el congresista y remoderalor de porcelanato, anuncia su repito prematuro, como su cerebro, de la arena política. No sabemos hasta cuándo durará este adiós. ¿Quizás hasta que Keiko deje de ser segunda en cualquier elección? o ¿hasta que se desaparezca otro de sus asesores?
Pero aún quedan algunos años que debe permanecer como congresista de manera obligatoria. En una reciente sesión del congreso en el que se debatía arduamente el día del «kión en el arroz chaufa», un hecho llamó la atención de las cámaras.
De un momento a otro, Becerril se paró y dejó un cono en su escaño, mientras salía rápidamente con el celular en la mano. Probablemente, era una llamada para informarle sobre el nuevo porcelanato en su casa.
Este acontecimiento hubiese pasado desapercibido si no era porque estaba programada su intervención. Entonces le habilitaron el micrófono y el cono comenzó su alocución.
Todos quedaron maravillado del cono, incluso Tubino y Beteta piensan proponerlo como vocero de la bancada. Obviamente, es un cono anaranjado. Al cierre de esta nota, el cono era recibido en Santa Mónica para recibir las principales directrices de la mismísima jefa del partido naranja.
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