Conmoción, pena, lástima, risa, ovación y un cúmulo más de emociones ha causado la reacción de la bancada de Fuerza Popular en el Congreso, luego de que su lideresa Keiko Fujimori fue enviada a prisión preventiva.
Según el oficial mayor del Congreso, todos los congresistas que aún no han renunciado al fujimorismo, no saben qué hacer, qué órdenes seguir, qué pasos dar. Es más, no saben si ir o no al baño, porque Keiko no ha dado ninguna orden a través del chat “La Botika”.
Debido a esta incertidumbre, todos los congresistas de Fuerza Popular se han quedado inmóviles en sus curules y apenas respiran, esperando a que alguien les diga qué hacer a través del celular, señas, silbidos o cualquier medio.
“Pensamos que era broma, pero no. Ellos no saben qué hacer si es que Keiko no les da órdenes. Al principio pensamos que se trataba de lealtad de partido, pero cada vez estamos más convencidos de que de verdad ellos necesitan que alguien les diga qué hacer, qué sentir, qué no hacer y qué pensar”, dijo un guachimán del Congreso que estaba cerrando las rejas al final del día.
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Intentamos conversar con algunos de estos congresistas, pero nadie siquiera nos respondió porque, asumimos, Keiko no les ha dado permiso de hablar con alguien, ni entre ellos mismos.
“Hace dos días están como encantados, sin moverse. Es lamentable que personas que representan a miles de personas en el país, sean solo títeres que esperan el mando de alguien que les quita el dinero cada mes. Como decía Foucault, el poder no se ejerce si la mano que das de comer te observa desde el panóptico”, dijo la señora que vende “7 colores” a espaldas del Congreso.
Ampliación, cuando Alan García sea llevado a Challapalca o a Yerbateros.
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