Escapó del Perú con la excusa de enseñar a los profesores de Harvard, pero no contó con la estrategia de la Fiscalía de la Nación. Alejandro Toledo, expresidente del Perú, y uno de los más embarrados con el caso Odebrecht regresó al Perú luego de una simple trampa que le hizo caer como mosca ante la comida malograda.
“Nos sorprendió cuando nos enteramos que se escapó de Perú, pese a que todos sabíamos que estaba a horas de ser capturado. Sin embargo ideamos un plan para atraparlo de inmediato. La idea fue de sus excolaboradores en el partido de la Chacana, ya que todos ellos al final resultaron tránsfugas”, dijo Aquiles Cobro, jefe de seguridad del aeropuerto Jorge Chávez.
“Empezamos a regalar tragos en el aeropuerto, precisamente en la zona internacional. Al principio no cayó porque solo eran piscos. Luego probamos con whiskys, pero tampoco porque solo eran rojos y negros. Pero cuando empezamos a regalar Johnny Walker etiqueta azul, apareció de inmediato, como por arte de magia, con una cara de sed increíble, como si le ofrecieras cerveza a Reimond Manco. Fue espectacular aunque también nos dio miedo”, dijo el jefe policial.
Según muestran las cámaras de seguridad del aeropuerto, Toledo llegó de EE.UU. colgado del ala de un avión. Se sabe que no trajo maleta o equipaje alguno. “Yo solo vengo con sed corojo, denme mi botella de whisky que tengo esa sed que frustró el futuro de Manco, corojo”, dijo el expresidente mientras se ponía una cinta roja.
Al cierre de esta nota, la Fiscalía preparaba también una trampa para devolver a Alan García. Se presume que pondrán un queso gigante en la torre del mismo aeropuerto para atraer al único líder del partido aprista.
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