Sucedió lo que temíamos todos. Un conocido racista peruano, que pasaba la vida discriminando a las personas en supermercados, restaurantes, discotecas, estacionamientos y otros lugares donde normalmente se desprecia al otro por tener un color de piel parecido a las puertas de caoba o melamine, sufrió racismo por parte de otra persona que era más blanco y rubio que él. Por razones de seguridad (por seguridad, para que no los busquen en Facebook o sus direcciones no pondremos el nombre de los racistas).
El hecho fue registrado por la cámara celular de un transeúnte que no quiso dar su nombre porque sino su jefe le preguntará qué hacía en la calle en horario de oficina. “Yo estaba caminando, comiendo un heladito, despreocupado de la vida, cuando de repente un señor rubio de ojos azules, alto y guapo como Thor, le decía a un ‘blanquiñoso’ y que era un cholo, que era sudamericano sucio, un estiércol como representante del ser humano, la pus de la humanidad, un gusano en dos patas, entre otros calificativos que no seguiré reproduciendo”, dijo el que publicó el video en las redes sociales.
“Yo iba a defender al ofendido, pero cuando vi que era un reconocido racista, no lo hice. Incluso recordé que este racista participaba en grupos que promovían el fascismo en el Perú y, además, lucía un bigotito al estilo Hitler”, agregó el señor que estaba vagando en horas de trabajo.
Al buscar la declaración del agredido, nos dijo que normalmente no respondía preguntas de cholos, pero que por esta vez iba a hacer una excepción.
-Señor, ¿qué sintió al ser discriminado?
-La verdad, me sentí muy mal, pero a la vez muy bien.
-¿Por qué se sentiría alguien ‘muy bien’ luego de ser discriminado?
-Es que me hizo aprender una cosa.
-Ah, seguro aprendió a que el racismo es malo.
-No, serrano cochino, sino aprendí nuevos insultos.
-¿No le parece que está mal ser un racista considerando que todos tenemos los mismos derechos y que se nos debe valorar según nuestro conocimiento, habilidades y calidad de personas?
-No, no estoy de acuerdo con eso, quemadito.
-¿Ahora qué hará? ¿Denunciará al agresor?
-La verdad que no. Más bien he pensado en que debo usar algún maquillaje que resalte más mi piel británica-germana. Además, he pensado en pedirle el teléfono a ese ángel rubio, digno representante de la humanidad que merece reproducirse en otro planeta.
-Bueno, los que pensamos en que usted está equivocado, esperamos que usted recapacite y cambie su discurso lesivo.
-Para lo que me importa tu opinión, color mesa.
Al cierre de esta nota, se supo que la víctima de discriminación fue a una comisaría pero no para poner una denuncia, sino para cholear a todos los policías un rato y así sentirse mejor. Seguiremos choleando.
Comentarios Facebook