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En un acto de desesperación ante la inseguridad ciudadana, vecinos de Larcomar y el mismo gerente del centro comercial, solicitaron al Ministerio del Interior, de manera inmediata, el envío de más soldados, tanques, perros policías, comandos de Chavín de Huántar y un buque para defenderlos de los pobladores que osan visitar estas instalaciones.
“Pedimos, con llanto en los ojos y baba fina en nuestro mentón, que por favor traigan más camiones con soldados. Prácticamente estamos en guerra. ¡No puede ser posible que Larcomar se haya llenado de coneros! Es increíble lo que está pasando. ¿Qué sigue luego? Pobladores color capibara en el Regatas? Imposible, esto tiene que parar ya”, dijo un vecino de Larcomar mientras se echaba perfume.
Cabe destacar que el pedido de los residentes indica claramente que los soldados deben ser, en la medida de lo posible, caucásicos, altos y rubios, para hacer juego con el paisaje. Además, indicaron que esta campaña no es racista, sino solo se trata de no alterar el pantone de la zona.
“Se nos acusa de racistas, se nos acusa de discriminadores, y la verdad es que nosotros solo cuidamos lo que es nuestro: las calles, las veredas, la playa, nuestro mar y nuestros empleados domésticos”, dijo una vecina de apellido casi sin vocales. Cabe aclarar que dijeron algo más, pero no entendimos el lenguaje pituco.
Al cierre de esta nota, Dina Balearte envió al mismo ministro del Interior para atender el problema, pero los residentes lo confundieron con alguno de sus trabajadores, y le ordenaron lavar el carro. Y el ministro accedió inmediatamente. Seguiremos robando.
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