Al mismo estilo de Venezuela, la eterna candidata del fujimorismo, Keiko Fujimori, decidió no esperar más hasta el 2021 y, aprovechando su hora de paseo en el patio del penal de mujeres, se autoproclamó como presidenta de la República del Perú.
Rodeada de otras presas que no entendían lo que pasaba, Keiko juramentó por la Constitución del 93, por el Grupo Colina y por su tío Vladi. Luego, como primera medida, ordenó su inmediato indulto porque gobernar desde la cárcel no es bueno para el país, sobre todo porque en Palacio de Gobierno tiene una cama más cómoda.
“Desde este momento me declaro presidenta del país que liberó mi padre, el único presidente que se enfrentó al terrorismo y a la Patrulla Roja. Pongo en conocimiento, además, que no quise tomar esta medida tan apresurada, pero no me quedó alternativa porque el pueblo peruano me reclama en las calles”, dijo Keiko mientras su compañera de celda le pedía cupo para poder tomar más sol del patio.
Ampliación, cuando consigas pareja que te quiera.
Comentarios Facebook