Por temor a ser embarrada en el caso Odebrecht, la señora Teresa Madeleine Echenique Pardo del Prado Ugarteche Prescot del Campo Rizzo Patrón Miró Quesada Graña de Brescia Esquina con Arenales, más conocida como “Tere” -condesa de El Olivar y heredera de medio Lima con pobladores y todo-, tomó la decisión más difícil en su vida para conservar sus privilegios en su humilde casita de Conquistadores: se cambió de apellido para que las autoridades no la tomen en cuenta en sus investigaciones.
La señora “Tere” cambió sus apellidos de abolengo a un apellido menos llamativo, un apellido al que nadie lo toma en cuenta, uno que representa al peruano de a pie y cuyos derechos no importan, casi no existe como ciudadano y sólo es tomado en cuenta en las elecciones: Quispe.
Según la señora “Tere”, esto le dará ventaja para poder pasar piola entre los socios del Golf Los Incas, el club Regatas y las señoras del Country Club, y para ver si puede escapar a otro país a través de Bolivia o Ecuador, donde el apellido tampoco importa mucho.
“Hay darling, qué vergüenza que mis primos estén encerrados, qué oprobio, qué lisurientos estos del Poder Judicial para meter presos a los que dan trabajo al Perú. Yo me pregunto: si nos meten presos a todos los ricos, entonces quién va a contratar al resto de peruanos. No piensan pues, debe ser porque estudiaron en colegios estatales. Muy mal. Creo que ya me dio soponcio”, dijo la señora muy indignada mientras tomaba su copita de coñac.
En conversación con Última Noticia, el juez Carhuancho dijo que los próximos encarcelados serían los fujimoristas y apristas, pero antes comprará una armadura de caballero antiguo para estar preparado ante los ataques de los políticos que sólo actúan por conveniencia, sin roche, sin sangre en la cara y sin importarles que quedan como perfectos imbéciles.
Más información, cuando tu patrón salga de prisión.
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