Lamentable. Pese a ser un privilegiado en tiempos de pandemia, un empleado confesó que está sufriendo por trabajar en casa y que extraña su oficina pero no porque quiera ver a sus amigos o porque piense que trabajar en el mismo centro laboral es mejor, sino por otros motivos.
Según Benito Camelo, extraña ir a la oficina porque ahí se abastecía de cositas como cucharas, papel higiénico, té, tápers, vasos, platos, las tortas y gaseosas que hallaba en la refri, los cigarros que le robaba a su jefe y los útiles de escritorio como lapiceros, hojas bond, reglas, plumones, resaltadores, posits, entre otros implementos.
“Ya me faltaban solo dos cucharas para tener un juego completo. Además me falta un vaso para completar la docena y ahora, lamentablemente, tengo que comprarme el papel higiénico. Esta pandemia nos ha perjudicado a todos de alguna forma”, dijo Benito mientras nos mostraba su vitrina con toda la vajilla de su oficina.
“La pandemia empezó en mal momento. Yo quería tener mi propio emprendimiento: una librería. Solo me faltaba medio centenar de hojas bond y dos paquetes de posits y ya podía poner mi propia tienda porque lapiceros me sobraban, al igual de lápices y reglas. Incluso me había traído un escritorio de mi compañero el soplón. Creo que la pandemia nos dejará a todos secuelas sicológicas muy graves”, aseveró el pobre joven.
Al cierre de esta nota, le dejamos un rollo de papel a la víctima del COVID-19.
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