
Hace meses los limeños hemos contemplado a cientos de venezolanos que llegaron de su país para escapar de la crisis que se vive allá, sin embargo todo ello no sería más que un vil invento como una película de ciencia ficción donde existe un planeta con legisladores honestos.
Resulta que aquellos venezolanos, según la Policía de Investigaciones, que vimos con tanta benevolencia no son más que militantes del Frente Amplio, de la facción más chavista, quienes aprovechan sus visitas a Venezuela para aprender el dejo y regresar al Perú con un nuevo y rentable negocio para comprar volantes y banners que servirán en las próximas elecciones.
Tal como afirmó el coronel Aquiles Cobro, prácticamente el 90% de vendedores de arepas en el jirón de la Unión y Gamarra no son más que peruanos que se aprovechan de la necesidad de los verdaderos venezolanos que la pasan mal en la tierra del petróleo y los pajaritos parlantes.
“Nuestro equipo de investigación notó muy sospechosa la acción de los vendedores. Cuando le compramos una arepa a los presuntos venezolanos nos dieron una empanada rellena con atún y para tomar en vez de una cocada, nos dieron un emoliente”, dijo un policía vestido de heladero que vendía sandías, para despistar.
Intentamos comunicarnos con Verónika Mendoza para hablar sobre estos militantes, pero su jefe de prensa nos dijo que fue a buscar una casa en la avenida Venezuela, esquina con Cuba. Seguiremos durmiendo.
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