Gran polémica ha causado en la ciudadanía (principalmente en la cola del comedor de San Marcos –sobre todo en Perrovaca–) el debate acalorado, achicharrante y abrasador, entre el periodista-fiscal-policía-matón Phillip Butters y el estudiante sanmarquino de 23 años, cuyo nombre no escuchamos debido a los alaridos desconsolados del trabajador de Exitosa Noticias. Luego supimos que se trataba del estudiante de Sociología, Gerardo Salas.
Como todos sabemos, la polémica no se inició precisamente cuando el joven estudiante llamó al noticiero, sino cuando nació Butters y amenazó al médico con meterlo preso por comunista, pero esa es otra historia.
Respecto al debate de la mañana, todos se dieron cuenta cómo Butters perdió los papeles, la tinta y la impresora, ante la calma del estudiante que discutió con argumentos, con ideas y hasta con el Código Penal. Phillip pedía que lo metan preso, mientras el estudiante citaba la Constitución, a Émile Durkheim y a Perrovaca. En suma, el sanmarquino bailó huaylas sobre la espalda del matón con una caja de chelas al hombro, pero no todos piensan lo mismo.
La Comisión de Ética del Congreso, la misma que declaró inocente a la fujimorista Yesenia Ponce y le dio su canasta navideña para que se vaya contenta, decidió someter a votación el triunfo del debate y declaró como ganador absoluto y por walkover a Phillip Butters, además le compró dos litros de agua de azahar y le alquiló un estudiante de derecha para que lo mire siempre con amor y admiración.
Quisimos conversar con Yesenia Ponce, pero nos dijo que tenía prisa porque tenía una reunión de reencuentro con sus compañeros de colegio, quienes a su vez habían quedado en reunirse con los compañeros de colegio del congresista fujimorista Moisés Mamani.
Al cierre de esta nota, quisimos entrar a la San Marcos, pero un perro gordito y encapuchado nos ladró. Seguiremos debatiendo.
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