Cansado de que la gente se burle de los religiosos, quienes promueven el amor al prójimo pero odian a todo el mundo que no se rige por sus reglas de hace 500 a 2000 años, el congresista Carlos Tubino se puso su indumentaria de Torquemada y propuso un proyecto de ley contra los que ofenden a los seguidores del Todopoderoso.
El legislador fujimorista propuso nada menos que una sesión de tortura medieval para quienes se atrevan a hacer comentarios ofensivos contra los creyentes, no importa si el que “ofende” no se da cuenta de que los está ofendiendo. Es decir, bastaría que el supuesto agredido diga que está ofendido para que el ofensivo sufra dos horas de tortura sobre máquinas elaboradas a base de madera, sogas, poleas y clavos oxidados.
“Ya estamos hartos de que digan que los creyentes somos personas ilusas o radicales. Nosotros solo propagamos la paz y el amor por el prójimo, pero ni no les gusta aténganse a las consecuencias y tómense algo adelantado para el dolor”, dijo Tubino mientras se colocaba una túnica blanca con una cruz a la altura del pecho.
Según el padre de la patria, la tortura no implica muerte, pero si el torturado muere será su culpa y pagará multa para costear la limpieza y trámites burocráticos con la Morgue de Lima, propios de la Santa Inquisición. Además agregó que “esta medida será disuasiva y servirá para que las ofensas contra los religiosos que odian a los homosexuales, gays, maricones, cabros, antivida, antifamilia, antiplaneta y antiterrestres se pongan en su sitio csm, ¿dónde están que ahora los quemo?”. Seguiremos torturando.
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