Se reinventa. Al comprobarse que solo sirve para cocteles en el Teatro Nacional y exposiciones en Barranco, pero no para atender a los pueblos indígenas, haya o no haya pandemia, el Ministerio de Cultura anunció que en los próximos días cambiará toda su imagen para convertirse en una abastecida bodega.
Si bien al principio la idea fue polémica porque podría convertirse en hospital y hasta en paradero de ambulancias, finalmente fue aceptada porque su local está bien ubicado y recibiría muchos clientes que salen de La Rambla o de la estación La Cultura del Metro de Lima.
“Será todo un cambio radical pero funcionará. Ahora por fin brindaremos algún servicio útil y efectivo, y con las ganancias ahora sí podremos ayudar a los pueblos indígenas que a más de 50 días de la cuarentena esperan ser recordados”, dijo la ministra muy animada y cantando “Color esperanza”.
Al cierre de esta nota, se supo que la parte que servía como museo pasará a ser la sección de víveres de primera necesidad, y la parte que era teatro será destinada a carnes, pescados y parrillas, mientras que la parte de la recepción será para vender trago.
Ampliación, cuando dejemos de estornudar.
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