Lo más lógico que hizo en su vida. Cansado de no salir beneficiado con algún bono del Estado en esta pandemia, un señor fue a preguntar si está muerto porque –como no se acuerdan de él– piensa que ha fallecido y tal vez nadie se lo ha dicho porque no lo quieren hacer sentir mal.
Según el señor Vicente Precio, hasta ahora no ha recibido ni un bono, ni una canasta o un mísero kilo de arroz. Al principio pensó que tal vez no era peruano y por ello fue a Reniec a verificarlo, y luego de 15 días de cola pudo comprobar que sí era peruano, de padres peruanos. Luego pensó que tal vez el Gobierno le estaba guardando una sorpresa especial por esperar tanto, pero hasta hoy no ha llegado nada, ni un Ajinomén.
Ante ese olvido, el señor Vicente llegó a la conclusión de que está muerto, por lo que fue otra vez al Reniec a preguntar si ya salió su partida de defunción y, por ello, desde hace cuatro días hace cola junto con miles de personas que llegaron a estas oficinas por el mismo motivo.
“Yo estoy convencido de que estoy muerto, no hay otra respuesta. Por eso vengo a pedir mi partida defunción. Luego tendré que ir a la funeraria a buscarme un ataúd bonito, después a un cementerio para comprarme un espacio, en el suelo siquiera. Y finalmente tendré que pagarle a un cura para que me haga una misa, aunque sea sencilla, pero digna. Y después descansaré pues, qué me queda”, dijo el señor Vicente mientras pensaba en su epitafio.
Al cierre de esta nota, el Reniec lo estaba atendiendo y facilitando todos sus documentos para que descanse dignamente. Seguiremos cobrando.
Comentarios Facebook