Aleluya. Según la Bolsa de Valores de Lima, un pastor evangélico gana tanto dinero con la religión que ya puede construirse una escalera lo necesariamente grande para llegar al cielo. Y no es broma: Los pastores son asquerosamente ricos.
Para algunos la religión es tan rentable que muchos jóvenes ya no piensan estudiar una carrera profesional, sino se la pasan memorizando pasajes de la Biblia para darle consejos a la gente que está sedienta de consejos obvios y amenazas de fuego, y eterno sufrimiento en el infierno.
“Según un estudio serio, hemos detectado que los pastores ganan tanto dinero que podrían pagar la deuda externa. Con sólo los diezmos de un sábado cualquiera podrían pagar la deuda externa de todo Sudamérica”, dijo Elver Galarga, cambista del jirón Ocoña, en declaraciones exclusivas para Última Noticia.
“Lo mejor de todo es que no es ilegal”, dijo por su parte un señor que donaba la mitad de su sueldo mínimo a una iglesia que pretende comprarse el Estadio Nacional para que sea un almacén de billetes.
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