Contraataque. Luego de que Kenji Fujimori se llevó a unos 10 congresistas de los tentáculos de poder de su hermana Keiko, ella no se quedó atrás y –luego de descansar en Navidad y Año Nuevo– expresó que deseaba decidir algo y sus minios adivinaron que deseaba echar al mejor amigo de su hermano, nada menos que Puñete, de la dirigencia de Fuerza Popular.
Según fuentes cercanas a Puñete, después de la liberación de Alberto Fujimori a cambio de no vacar a PPK, Keiko se quedó más picona que hincha de Universitario cuando ya no se vino el Kino, y se vengó del pobre perrito dejándolo sin cenar sus croquetas de Dog Show. Claro, antes le había cerrado la puerta para que no ingrese a casa por el jardín.
Luego de hostigarlo en condiciones infrahumanas, Puñete se quejó con Kenji, pero este estaba más interesado en retratarse como superhéroe de Avengers, así que Puñete quiso defenderse solo y ladró a Mark Vito cuando regresó a casa luego de no hacer nada en la calle. Eso hartó más a Keiko y se presume que esa fue la gota que rebasó el vaso.
Keiko hizo que destituyeran a Puñete, pese a que ocupaba un cargo casi como el de Pepe Chlimper. A pesar de que el noble animal ya sabía editar audios (hablamos de Puñete) para congraciarse con el partido, esto no le sirvió de nada. La decisión ya estaba tomada.
Puñete ya no es más parte de la dirigencia naranja, lo cual ha dejado muy mortificado a Kenji, quien estaría pensando tomar medidas drásticas, como retratar a Puñete como otro Avengers o como uno más de los Guardianes de la Galaxia para que Keiko se sienta picona.
Al cierre de esta nota, teníamos hambre.
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