El macabro juego la “Ballena azul” ya está en Perú. Miles de jóvenes están en peligro debido a que este perturbador juego los atrae y pueden acabar con sus vidas.

¿En qué consiste este juego creado por un ciudadano ruso? Fácil, se trata de un conjunto de retos que deben ser cumplidos a cabalidad. Todos los desafíos son peligrosos y varían dependiendo el país.

Por ello, como en Última Noticia jamás descansamos, te conseguimos estos 50 retos para que los leas en exclusiva. Estamos seguros que nadie pasará. Revisa y nos cuentas. ¡Que comience el juego!

50 retos de la “Ballena azul” peruana:

Comer un sanguchón de cartón donde la Tía Veneno a las 4 de la mañana.
Ir envuelto con tu bandera gay ante los seguidores del reverento Rodolfo Gonzales Cruz (el dueño de Bethel).
Puentear a Alejandro Toledo.
Ser aprista y presentar pruebas contra Alan García.
Jugar Paintball con un ex Colina.
Ser estudiante y apoyar la liberación de Alberto Fujimori para que te gobierne otra vez.
Ir a la puerta de la casa de Phillip Butters con tu pareja gay y darte un acalorado beso con lengüita.
Decirle “Arjona escribe mejor que tú” a la poeta Dalmacia Ruiz.
Escuchar canciones de Susy Díaz a todo volumen (a ver si no convulsionas).
Depositar tu pensión en una ONP y esperar a que te paguen una pensión digna.
Intentar pagarle al mesero Ciro del centro de Lima con tarjeta de crédito.
Dormir como Keiko dos veces a la semana (sentirás que estás muerto por la poca actividad física).
Hacer un pique de motos en la Costa Verde.
Decirle a tu ex -cara a cara- que su mamá estaba mejor.
Cantar “Quinceañera” de Thalia frente al estadio de Matute.
Tener menos de 30 años y salir con Lucía de la Cruz.
Ser un policía honesto en medio de varios policías de tránsito un fin de mes.
Esperar a que te atiendan en Essalud.
Hablar mal de la comida peruana en medio de la feria Mistura.
Entrar al Huaralino un sábado y en medio de la multitud gritar: “¡Cholos regresen a su tierra!”.
Tomar de igual a igual con un huancaíno, un ancashino o un puneño.
Cortar camino por el barrio de Loreto en el Callao.
Decirle “¡Habla compadre!” a Lourdes Alcorta.
Ponerse pantalón apretado frente a un cura del Sodalicio.
Esperar que el Estado te auxilie tras un huaico o inundación.
Ver de principio a fin un videoclip de Julio Andrade a las 4:35 a.m.
Caminar hablando con tu iPhone por el jirón Renovación de La Victoria en pleno domingo de carnaval.
Tomar un extracto de rana en La Parada y en pleno verano.
Caminar con zapatillas nuevas por La Huerta Perdida.
Intentar vivir de la Literatura en el Perú.
Decirle a un arequipeño que el volcán Misti no es mejor que el cerro San Cristóbal.
Mandarle una carta a Marco Aurelio Denegri con faltas ortográficas.
Dejar de pagarle una letra a un prestamista colombiano.
Ser homosexual abiertamente (esto es más peligroso que deberle a 10 prestamistas colombianos).
Entrar al estadio Monumental sin chompa.
Vestirse como Mick Jagger y tocar la puerta de Monique Pardo.
Ir a la UNI y decirle a los jugadores de DOTA que están muy gordos.
Acompañar una manifestación de sanmarquinos sin vinagre.
Preguntarle a un villarrealino: “¿Dónde está tu campus?”.
Decirle a un alumno de la universidad Agraria de La Molina: “¡Ojalá nunca legalicen la marihuana!”
Exigir al cobrador de combi, en plena Panamericana, que respete el medio pasaje.
Decirle a tu mamá que nunca le devolverás sus tápers.
Cambiarle de canal a tu mamá mientras ve su telenovela turca favorita
Esperar a que el Estado se interese por más deportes además del fútbol.
Esperar a que la justicia llegue a tiempo.
Tomar agua directo del caño.
Defender el medio ambiente diciendo «Agua sí, oro no».
Ser mujer y exigir igualdad de derechos antes los varones.
Intentar no deprimirse.
Pasar todos los días por un puente sobrevaluado del alcalde Castañeda.

Algunos retos podrían variar, dependiendo de la coyuntura política o del estado emocional del que propone los retos. En realidad, con todos puedes morir, así que da lo mismo. Saludos.

50 retos de la “Ballena azul” peruana:

Comer un sanguchón de cartón donde la Tía Veneno a las 4 de la mañana.

Ir envuelto con tu bandera gay ante los seguidores del reverento Rodolfo Gonzales Cruz (el dueño de Bethel).

Puentear a Alejandro Toledo.

Ser aprista y presentar pruebas contra Alan García.

Jugar Paintball con un ex Colina.

Ser estudiante y apoyar la liberación de Alberto Fujimori para que te gobierne otra vez.

Ir a la puerta de la casa de Phillip Butters con tu pareja gay y darte un acalorado beso con lengüita.

Decirle “Arjona escribe mejor que tú” a la poeta Dalmacia Ruiz.

Escuchar canciones de Susy Díaz a todo volumen (a ver si no convulsionas).

Depositar tu pensión en una ONP y esperar a que te paguen una pensión digna.

Intentar pagarle al mesero Ciro del centro de Lima con tarjeta de crédito.

Dormir como Keiko dos veces a la semana (sentirás que estás muerto por la poca actividad física).

Hacer un pique de motos en la Costa Verde.

Decirle a tu ex -cara a cara- que su mamá estaba mejor.

Cantar “Quinceañera” de Thalia frente al estadio de Matute.

Tener menos de 30 años y salir con Lucía de la Cruz.

Ser un policía honesto en medio de varios policías de tránsito un fin de mes.

Esperar a que te atiendan en Essalud.

Hablar mal de la comida peruana en medio de la feria Mistura.

Entrar al Huaralino un sábado y en medio de la multitud gritar: “¡Cholos regresen a su tierra!”.

Tomar de igual a igual con un huancaíno, un ancashino o un puneño.

Cortar camino por el barrio de Loreto en el Callao.

Decirle “¡Habla compadre!” a Lourdes Alcorta.

Ponerse pantalón apretado frente a un cura del Sodalicio.

Esperar que el Estado te auxilie tras un huaico o inundación.

Ver de principio a fin un videoclip de Julio Andrade a las 4:35 a.m.

Caminar hablando con tu iPhone por el jirón Renovación de La Victoria en pleno domingo de carnaval.

Tomar un extracto de rana en La Parada y en pleno verano.

Caminar con zapatillas nuevas por La Huerta Perdida.

Intentar vivir de la Literatura en el Perú.

Decirle a un arequipeño que el volcán Misti no es mejor que el cerro San Cristóbal.

Mandarle una carta a Marco Aurelio Denegri con faltas ortográficas.

Dejar de pagarle una letra a un prestamista colombiano.

Ser homosexual abiertamente (esto es más peligroso que deberle a 10 prestamistas colombianos).

Entrar al estadio Monumental sin chompa.

Vestirse como Mick Jagger y tocar la puerta de Monique Pardo.

Ir a la UNI y decirle a los jugadores de DOTA que están muy gordos.

Acompañar una manifestación de sanmarquinos sin vinagre.

Preguntarle a un villarrealino: “¿Dónde está tu campus?”.

Decirle a un alumno de la universidad Agraria de La Molina: “¡Ojalá nunca legalicen la marihuana!”

Exigir al cobrador de combi, en plena Panamericana, que respete el medio pasaje.

Decirle a tu mamá que nunca le devolverás sus tápers.

Cambiarle de canal a tu mamá mientras ve su telenovela turca favorita

Esperar a que el Estado se interese por más deportes además del fútbol.

Esperar a que la justicia llegue a tiempo.

Tomar agua directo del caño.

Defender el medio ambiente diciendo «Agua sí, oro no».

Ser mujer y exigir igualdad de derechos antes los varones.

Intentar no deprimirse.

Pasar todos los días por un puente sobrevaluado del alcalde Castañeda.

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