Como todos sabemos, el pasado fin de semana, Alfredo Barnechea, el único heredero al Virreinato del Perú, metió las cuatro patas al afirmar que existe una mafia dentro del Poder Judicial en confabulación con el Gobierno para apoderarse del país y venderlo a Suiza. Esto, para muchos fue un “suicidio político” y, luego de sus desafortunadas palabras, muchos buscaron entre sus pertenencias de la realeza una carta de despedida y la encontraron.
A continuación reproducimos dicha misiva dirigida al pueblo peruano que jamás mereció tan noble y sublime honor de tener un magnánimo semidiós en el Gobierno.
Lima, 20 de abril de 2019
A los plebeyos que jamás me merecieron
En pleno uso de mis facultades, yo, Alfredo Barnechea, heredero legítimo al Virreinato del Perú (cuya sangre pura de Borbón podría usarse como tinta azul de lapicero Parker), conde y marqués a la vez, padre de dragones, liberador de esclavos, heredero al Trono de Hierro, envidiado por la Casa Targaryen e imitado por los Lannister, huésped ilustre en Mamacona y el Regatas, presidente honorario de Las Casuarinas y modelo de la revista Cosas, me presento ante ustedes pleyebos y expongo lo siguiente:
Si pensaban que escribo esta carta para arrepentirme, están equivocados como siempre. Yo no me arrepiento de nada, muchos menos cuando se trata de lacayos. Dije lo que dije porque eso es lo que pienso, porque siempre fui aprista, porque siempre me gustó el queso, porque soy el hombre más inteligente del Perú, porque no leo El Comercio ni La República, sino Le Monde Diplomatique y en televisión solo veo la BBC de Londres. En fin.
A los barnechéveres que alguna vez creyeron en mí y ahora no, pues lo lamento por ustedes, porque no saben de lo que se pierden. Miren cómo me duele que ya no me sigan, miren cómo los necesito mientras ceno con diez tenedores. Si ustedes me apoyaban es porque sabían apreciar la calidad y la finura, pero ahora veo que han sido absorbidos por la cotidianidad de lo huachafo. Impuros, no me merecen.
A todos los peruanos que de seguro elegirán a un outsider para este 2021 les digo que se merecen a Antauro Humala, a Goyo Santos, o a Mijael Garrido Lecca y su primo como primer ministro. Espero que luego no me llamen a mi residencia en la isla de Creta cuando se den cuenta del error que cometieron al dejar de apreciarme como una joya en un museo.
A mis enemigos y detractores, les dejo un plato de chicharrón con mote y ensalada criolla como una muestra de mi desprecio. Es más, si me ponen otra vez un pedazo de chicharrón en una campaña tampoco lo comeré, mucho menos si el chancho no ha sido criado en Londres y haya recibido una educación de príncipe, muchos menos si ha sido frito en aceite barato y no en fino aceite de oliva extravirgen de los páramos de Estambul.
Me despediría de ustedes, pero ni eso merecen, chuscos.
Atentamente:
Alfredo Barnechea, amigo personal del príncipe Carlos y vecino de Madonna.
Postdata: Aquí el plato de chicharrón:
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