Tras un vistazo a las ofertas de inhumanos departamentos en Lima, la Real Academia Española (RAE) decidió que, efectivamente, a esos sitios pequeños e innecesariamente caros también se les puede llamar “conejeras” o “ratoneras”.
“Después de una rápida observación, nos dimos cuenta de que esos lugares son tan estrechos como el cerebro de un seguidor de López Aliaga y, por lo tanto, sí, efectivamente, se les puede llamar ‘cuevas, ‘ratoneras’, ‘conejeras’ y similares”, dijo el presidente de la RAE.
El académico además, después de reírse de los peruanos, dijo que podíamos denunciar este abuso de las inmobiliarias ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque si seguimos con esa tendencia, un cuy en su corral tendrá un lugar más amplio y cómodo para vivir dignamente.
“No es justo joven, me dijeron que tendría mi cuarto, cocina, comedor y baño, pero no me dijeron que iba a ser cuarto-cocina-comedor-baño. A veces cuando estoy cocinando mi esposo está a mi lado duchándose y mi hijo dormido al costado del balón de gas. ¿Acaso eso es vivir dignamente? Por eso no podemos recibir visita, y no tanto porque nos da vergüenza sino porque nadie más puede entrar. Mi hijo conchudo encima quiere adoptar un perro”, dijo una señora que vivía en un moderno edificio en Jesús María.
Ampliación, cuando nuestra vieja nos permita adoptar un perro.
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