No todo es malo en época de coronavirus. Un grupo de ciudadanos chilenos, cansados de comer siempre lo mismo y de no poder ir a restaurantes peruanos, decidieron aprender a cocinar comida peruana con el riesgo de que les salga engrudo. Sin embargo, para su buena fortuna, los esfuerzos empezaron a dar los primeros resultados.
Según la televisión chilena, una familia lleva la delantera en esta aventura de poder comer comida digna. Su primer logro es que ya aprendió a cocinar el arroz con huevo sin que se queme la casa, sin que el huevo termine convirtiéndose en pollito y sin que el arroz se transforme en un nuevo elemento químico.
“Mirá poh, nosoitroi pudimo preiparari este sabrooso plaito y ya eitamoi preinsado poh en poner un retaurantei”, alcanzó a decir uno de los integrantes de la familia, un joven que ahora se ha autoproclamado el «Gastón Acurio del Pacífico Sur». En realidad dijo algo más pero la TV chilena no viene con traductor.
Se supo además que otras familias ya aprendieron a usar la sal para sus comidas, otros más atrevidos empezaron a usar la pimienta y, los que rozan el nivel dios entre los suyos, han empezado a echarle ají a todo, aunque muchos de ellos terminaron en el hospital por quemaduras de tercer grado en la lengua y el duodeno.
Otra familia, para no hacer mucho esfuerzo, ya pedido inscribir toda la comida peruana como comida chilena, para que al menos tengan el derecho de expropiar los restaurantes peruanos cuando termine la cuarentena.
Ampliación, cuando terminemos de cocinar un arroz con pollo con una sola mano.
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