Llegó la que faltaba. La calculadora Casio, fiel acompañante de la Selección Peruana de Fútbol ya llegó a Rusia, y con ella ya están listos para alentar y gritar hasta que arda la garganta, y ajustar hasta que se adormezca el ano.
Si bien todos los peruanos están esperanzados (sí, yo no soy peruano, soy de Arequipa) en pasar a la siguiente ronda, siempre queda la duda porque Francia y Dinamarca son buenos equipos, por lo que podríamos terminar haciendo sumas, restas, multiplicaciones, raíces cuadradas, redondas, logaritmos y hasta tendríamos que dividir la tangente de 90 entre el radio de la circunferencia de la concha que se manejan los apristas.
Por ello, la calculadora llegó a Rusia para resolver todos aquellos problemas que tengan que ver con cálculos y poner fin a la angustia de los hinchas peruanos, que siempre la pasan mal desde la Independencia del Perú, pasando por la Guerra con Chile, el primer Gobierno de Alan, la dictadura de Fujimori y la anarquía de PPK.
“Yo llego con la esperanza de que no me utilicen tanto porque me gasto. Aun así estoy dispuesto a ayudar en lo que pueda, siempre y cuando no sean problemas tan complicados como hallar las cuentas de Alan García en el extranjero”, dijo la calculadora Casio, con muy buen ánimo mientras se colocaba pilas nuevas.
Al cierre de esta nota, comimos una ensalada rusa para imaginar que estamos en la Plaza Roja, aunque en Rusia no coman esa ensalada.
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