Con arañazos de tercer grado y mordidas de quinto grado de secundaria se presentó ante la Comisaría de Chuquitanta el ciudadano Armando Motta, un prometedor abogado (porque solo promete) que denunció haber sido agredido por su propio gato, a quien adoptó y alimenta desde hace dos meses.
“El denunciante se acercó a nuestras instalaciones para denunciar a su gato que responde al nombre de Panterita, un felino que fue rescatado luego de ser abandonado en un mercado, sección carnicería. El abogado alega que Panterita lo ataca unas dos veces al día con arañazos y mordeduras. El letrado agregó además que ya está harto porque el mencionado felino señala que no lo ataca intencionalmente sino que lo confunde siempre con una rata”, dijo el comisario Aquiles Cobro.
Para conocer la versión del felino, el policía hizo llamar a Panterita, quien se hizo presente en el acto para limpiar su reputación. El acusado llegó por el techo llevando una paloma para el comisario apenas se presentó.
“Mire señor comisario, la verdad yo no muerdo intencionalmente a este esclavo quejón. Lo que pasa es que, como es abogado, siempre lo he confundido con una rata gigante debido sus gestos, panza y hasta chillidos. Díganme ustedes si es que no piensan igual. Todos los abogados son ratas gigantes, miren esos dientes y esa cola, encima les encanta el queso. Además, cada vez que contesta el teléfono siempre le dicen ‘hola rata’, ya pues”, dijo el gato en su defensa, por lo que fue liberado inmediatamente y el abogado rata tuvo que dormir dos días en el calabozo por hacerle perder el tiempo a todos. Seguiremos arañando.
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