No lava los platos, no lava su ropa, espera la cena servida, no limpia su cuarto, no bota la basura, piensa que la crianza de los hijos es para mujeres, jamás cambió el papel higiénico del baño, no sabe lavar ni sus medias, no sabe freír un huevo, no sabe hervir agua, piensa que la mujer provoca el acoso, piensa que la ducha se limpia sola, ni siquiera ha pensado en que alguien dedica un momento de su vida en limpiar la mesa, no sabe tender su cama, piensa que llorar es solo para mujeres, solo “cocina” cuando hacen parrillada, sigue insultando a sus amigos diciéndole “no seas hembrita”, sigue pensando en que la mujer es golpeada es porque «algo habrá hecho», si la mujer es insultada es porque se deja, si la mujer es silbada en la calle es porque ella se viste así o asá, opina sobre cómo debe estar vestida una mujer, aún pide un Ministerio del Hombre, aún piensa que las mujeres no reclaman derechos sino privilegios, aún piensa que las mujeres no están para las matemáticas, que las mujeres no saben de carros, que las mujeres no saben manejar, sigue repitiendo eso de “mujer que no jode es hombre”, sigue diciendo “costilla” a su pareja, sigue llamando «mamacita» a quien se cruce en su camino, sigue pensando que la mujer gana menos que el hombre porque quiere, no sabe si la escoba se agarra con la derecha o la izquierda (como si fuese guitarra), jamás en su vida ha cambiado un pañal, en fin. Piensa, hace y dice todo eso y encima tiene la conciencia de “felicitar” a la mujer en el Día Internacional de la Mujer.
Okz.
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