En conferencia de prensa, un gato sicópata del barrio preguntó seriamente si ya, siendo 26 de diciembre, ya puede treparse al árbol de Navidad para poder tumbarlo y así continuar con dicha sana tradición anual.
Según el gato sicópata, el arbolito es uno de sus peores enemigos, luego de los perros, y solo lo aguanta en casa por fiestas para que la familia no lo amenace con echarlo.
«Ya pasó Navidad, tampoco sean tan crueles conmigo. Es lo único que me deben dar sino retomaré mis planes para conquistar el mundo», dijo el gato sicópata.
Al cierre de esta nota, el gato estaba camino a tumbarse el arbolito y todo el nacimiento al mismo tiempo, incluido reyes magos. Seguiremos cantando.
Comentarios Facebook