Sin duda, la cuarentena ha significado un golpe duro sobre todo a las pequeñas y medianas empresas. Muchas de ellas migraron de rubro para poder sostenerse en esta crisis. Por ejemplo, pastelerías y cafeterías se han convertido en miinmarkets, o tu dealer ahora realiza delivery de abarrotes.
Uno de los casos más peculiares es el del centro de entretenimiento visual y corporal conocido como «Las Cucardas». Este templo de peregrinaje para parroquianos ha dejado de brindar su servicio y ha contratado a Don Pepe, pues se ha convertido en una bodega. «Hemos llamado a un especialista en rubro, sabemos de su experiencia y de su necesidades, ya que debe mantener a su hija Milagros Leiva», dijo uno de los accionistas mientras no tocaba el paquete de golosinas que llevábamos en las manos.
Al cierre de esta nota, diversos parroquianos se encontraban compungidos. Pero se hicieron acreedores a vales de descuentos para la bodega. «Ojalá por lo menos encuentre a la Kimberly cobrando en la caja», dijo uno de ellos.
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