Guarden los pavos, los cuyes, los chanchos, las gallinas, los champanes de 3 soles… porque se cancela la Navidad este año en nuestro país.
Sucede que a las primeras contracciones de María al mediodía, José, que fue atrasado por su mejor amigo como cualquiera, llamó al SAMU. Estos le aseguraron que llegarían en media hora a más tardar. Sin embargo, le faltaba gasolina a la ambulancia, el chófer estaba con resaca y, aún con gasolina, era imposible llegar a tiempo por los millones de limeños movilizándose, entre el covin, para sus compras de último momento, como siempre.
José, cansado de la espera, cogió su torito Bajaj y se fue a la posta más cercana de su asentamiento humano. Pero los pacientes estaban sentados hasta en la vereda al lado de un balón de oxígeno.
Impaciente y preocupado por el aumento de las contracciones, José decidió ir a un hospital más grande en el cono norte. Las últimas puertas habían sido usadas provisionalmente como camillas pero se hallaban todas ocupadas.
Los doctores, con el corazón más frío que el Monumental, le dijeron que se aguante el dolor pues «eso hubieses pensando antes, cuando lo estabas haciendo».
Al cierre de esta nota, se supo que este año no habrá navidad porque Jesús se niega a nacer en estas condiciones. Quisimos conversar con José pero se encontraba tomando dos cajas de chelas mientras escuchaba «Tu amor es una trampa», ya que se enteró que no es el padre.
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