La Superintendencia Autónoma de Bebedores, con oficinas en las rocolas de Tomás Valle, logró un nuevo avance en el desarollo del bienestar de las personas que toman la chela, u otra bebida espirituosa, como si fuese agua.
Es común que, los fines de semana, las parejas discutan, se enemisten y muestren su resentimiento con bloqueos de wasap. Una investigación realizada por aquella superintendencia, auspiciada por el Huaralino y publicada en la prestigiosa Revista del Mercado Unicachi, determinó que las peleas se suceden porque las parejas ponen impedimentos para que la otra persona se embriague libremente, ya sea una «noche de chicas y el ex» o en el «me voy a la pichanga».
Por eso, desde hoy, la fiscalía de prevención del delito y los borrachos espesos someterá a prisión preventiva y sin goce de chelas a aquellas parejas que armen escándalos a la otra persona. Y no solo eso, sino que serán sometidos a horas inhumanas de tortura, que consisten en hacerles ver entrevistas de Milagros Leiva por 12 horas diarias, además del programa de los viejos lesbianos Rafael Rey y José Barba Caballero. Advertidos están. Seguiremos chupando.
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