En los últimos días, se ha puesto de moda descubrir a los infiltrados o ternas en cada espacio millennial, centennial y gordennial. Por ejemplo, si te dice que es huancaíno pero al mondongo se refiere como sopa de mote o patasca, es terna. Si tiene relaciones sexuales, usando medias, también es terna. Si le pone limón a la chela, también es terna. Si dice que le gusta la cumbia y pone Bareto, también es terna.
En la reciente convención de consumidores de panetón con bromato y champanes de 2 soles, se determinó que es un crimen quitarle las pasas y las frutas al panetón. «Es gente sin sentimientos, gente sin corazón, gente que bien podría ser congresista por Acción Popular», aseguró uno de sus representantes mientras usaba un panetón para trancar la puerta de su oficina.
Todas esas personas van a ser reclutadas para romper manifestaciones, arranchar banderas y detener rojetes tirapiedras comeniños. Se pide a las familias que, si identifican a un integrante que sospechosamente le quita las pasas, se comunique rápidamente con los viejos lesbianos para que sea reclutado en la PNP terna.
La Comisión de Derechos Humanos recomienda a las familias a guardar especial cuidado con este tipo de ternas. «Les pedimos que no canten ‘ven a mi casa esta navidad’ porque el terna podría interpretar ello como un eslogan comunista, la propiedad privada es inviolable así que no se le puede andar invitando a venir a todo el mundo», declaró para nuestros practicantes. También se recomendó que ningún familiar se vista de Papá Noel porque el terna de la familia podría confundirlo con Marx y proceder a su detención y secuestro.
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