Los huancaínos y puneños, además para el negocio, han sido bendecidos con el don para tomar cloro, Raid max, poett y perfume. En una noticia anterior, narrados la tragedia de una familia en Huancayo, que desheredó a su hijo por emborracharse solamente con dos cajas de cerveza.
Sobre su capacidad para embriaguarse se ciernen dos teorías: 1) Nacen con dos hígados y con poca cantidad de sangre en el alcohol que corre por sus venas. 2) Durante la gestación, no nadan dentro de líquido amniótico, sino en chela.
Los redactores de UN, siempre serios y objetivos, decidimos convivir unas semanas con un grupo de migrantes puneños y huancaínos radicados en Ate para aprender y elevar nuestro ki etílico. Nos sentimos cuando Gokú pudo entrenar con Kaiosama. En este caso, son Kaiosamas del Huaytapallana y el Titicaca.
Hemos aprendido que la frase «tres chelas no más, como para calmar la sed», realmente, guarda una dimensión semántica más profunda y chelística.
Dicha frase implica 7 días lleno de cerveza, pisco, Ron, gasolina, perfume, desodorante Rexona no te abandona, poett, Pinesol, cloro y shots de bencina. Todo acompañado de caldos de cabeza, lengua, ojo y rabo.
Después de una semana de entrenamiento con ellos, uno ya se encuentra preparado para vencer a Reimond Manco y Toledo juntos. Terrible, seguiremos chupando.
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