Trágico. Sangriento. Inhumano. Esos han sido los calificativos que la prensa ha destinado para una historia de amor que empezó en civilización y acabó en barbarie.
Un joven, aún despechado porque lo cambiaron por el «es solo un conocido», decidió cometer la peor venganza de estos tiempos de fragilidad Millennial: el Spoiler.
La pareja había asistido a las dos películas anteriores de Avengers. El ritual de ahorrar el dinero de las fotocopias para que alcance para la canchita y las gaseosas, el pollito después de la película y la mezcla de sudor y restos de papa frita en un hotel de 15 soles, no se cumpliría para esta tercera parte de la saga.
El joven creó un Facebook nuevo y compró otro chip de celular. Empeñó un riñón para comprar un boleto de estreno a la medianoche. Vendió otro órgano para comprar una cámara sofisticada en Paruro y grabó toda la película ese día. Recopiló todos los spoiler posibles también
Sin ninguna duda y con una frialdad como el corazón de su ex, le envió todo ese material por wasap, Instagram, Facebook y hasta por hi5 para asegurarse de que los viera.
Ampliaremos la nota, cuando aceptes que nunca te quiso.
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