Como se sabe, Keiko Fujimori fue trasladada del Parque de las Leyendas a una clínica por presentar algunos problemas de salud. Luego de algunos chequeos, se confirmó que le aqueja flojeritis aguda, pero es congénita y, por eso, no dañina a su organismo.
Pero el problema más grave es el de «ruidos hidroaéreos». Ahora dirás, desconozco mayormente. Pues hemos logrado entrevistar a un médico de la UCV, que en sus ratos libres vende higadito en 2 de mayo en Yerbateros.
Nos dijo que se trata de pedos. En términos sencillos, producto de la inactividad de 30 años, miles de kilómetros de gas licuado, no apto para el consumo humano, se encuentran acumulados en el organismo de la futura presidenta… de su pabellón en la cárcel.
La noticia se esparció cual pedo de tacu tacu y huevo frito. ISIS, el sanguinario grupo terrorista, anda bajo de materia prima para bajarse al imperialismo yanqui. Y se ha descubierto un plan para secuestrar a Keiko y usar sus flatulencias para preparar bombazas capaz de acabar con la nariz más dura que la de un estudiante de la U. De Lima.
Ante ello, la eterna candidata ha solicitado mayor seguridad, porque sería una tortura que la obliguen a trabajar, así consista su trabajo solamente en tirarse pedos.
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