Maravillosa jugada. Donald Trump, tío rico de geingolandia, quiere asegurar la victoria en esta tercera guerra mundial que se avecina. No está escatimando esfuerzos, ni recursos por hacerse de las armas más letales.
Es así que ha decidido reclutar huancaínos por ser especialistas en bombas. El hígado wanka ha sido bendecido por los dioses Baco y Apolo, ha sido forjado directamente en el Olimpo. Se sabe que Toledo y Manco, cuando empezaban su carrera etílica, se hicieron un transplante de hígado wanka.
Frente a esta nueva arma, los iraníes están pensando en llamar a lo puneños, que son los únicos seres que pueden hacerle frente a los wankas. Sin duda, esto tendrá que definirse en un vaso a vaso en la Casa Real de Santa Clara con una banda de 35 músicos como mínimo.
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