«Doctora Sin Corazón, le escribo porque me encuentro al borde de la desaparición y la obesidad porque la cuarentena ha traído demasiados problemas a mi corazón y mi tejido adiposo.
Resulta que sospecho que mi enamorado anda extrañando más a la Tía Veneno que a mí. Casi ya no me escribe y solo vive compartiendo memes y videos tristes de hamburratas, salchihuesos y choncholíes.
Ya no se emociona con los memes de Camilo y Evaluna que le envío. Su reacción es más fría que una chela helada cuando le mando mi pack. Temo que ya no quiera bailar Safaera conmigo cuando todo esto pase
Sé que no puedo compararme con la sabrosura de la Tía Veneno. Pero le pido algún consejo para que mi corazón makukero no quede solo».
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