Dignísima Doctora Sin Corazón: Le escribe un muchacho que ha salido desde lo más abajo, mi apellido no es una calle de Miraflores y he gusaneado todos los días de todos los años en el comedor de mi universidad publica
Felizmente acabé mi carrera de ingeniería. Pero conocí a Sheyla, oh, premonitorio nombre. Me he dado cuenta que los últimos días, me ha estado enviando indirectas sobre lo que haré con mi grati. Y es que ella no recibe eso. Pero yo no tengo la culpa que haya estudiado antropología. No sé qué hacer, Doctora. ¡Ayúdeme,
Mira, hijito, realmente estás en un caso grave aunque solucionable. Si la quieres y ella es una buena muchacha, que solo anda confundida por la debida debido ideologías terrucas, puedes salvarla. Usa tu grati en matrocularla en alguna carrera provechosa y de bien. Una carrera que contribuya al desarrollo del país. Así ambos crecerán como personas y profesionales. Si no acepta eso, dedícale «Ya te olvidé, distinguida dama».
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